Las chicas con frecuencia se sienten competitivas por múltiples razones. Examinadores de la Universidad de Durham en el Reino Unido, han detectado que las chicas se basan primeramente en el ataque indirecto, en lugar de discordia física o ataque abierto, situaciones que los emplean chicos con mayor frecuencia.
Las conductas tiene sus inicios en el pasado evolutivo de la humanidad y se debe a la participación fundamental de la mujer en la procreación y la crianza,no obtante correría con el riesgo de lesiones por los arreglos con sus puñados,en su motivo, la exclusividad social y dialogar de espalda de las chicas, podría permitir solventar los desacuerdos sin manifestar en riesgo sus cuerpos. Afianzo Anne Campbell de la universidad de Durham en el Reino Unido.
Un análisis divulgado en el diario Psicología y personalidad, considera que más o menos en la clase no hay mucha distinción en el ataque indirecto en el lazo que llegan a la adultez, además de casos de trabajo, los chicos utilizan esto. Aquí se muestran algunas de las razones fundamentales:
1- Inseguridad: Cuando una chica se entera del potencial, hermosura y/o ingenio que tiene otra chica, suele ponerla como una rival. Se podría decir que puede imitar, envidiar, apreciar a la chica que tiene esas caracteristicas. Estan pueden ser las interrogantes que las chicas, con consciencia e inconsciencia escogen cuando se unen y examinan a otras chicas.
2- La necesidad de manipular a muchos: Acorde con el Diccionario de Oxford, la conceptualización de la manipulación es el ejercicio de dicho control o dominio sobre algún individuo. Las chicas son especialmente causantes de esta forma de divagar en los trabajos. Ya que piensan que para seguir avanzando hay que someter a los demas, cuando realmente nos conquistariamos a nosotros. El triunfo no es la manipulación de otros, es el autoaprendizaje con la finalidad de realizar sistemas de logros frecuentes.
3- La exigencia de mantener expresar que se está bien: Aunque no nos sintamos "lo bastantemente buenos"tendriamos a señalizadores externos para informarnos que nos aceptan. Cuando vivenciamos el desarrollo personal y la labor en nuestra manera de divagar de tal forma entendemos que somos benevolentes, porque por dentro tenemos paz consigo mismo.